Hola amigos, hoy quiero contarles un secreto de mi consulta y es que cuando alguien acude a ella, aquejado por ansiedad, depresión u otro trastorno mental, aunque después de estudiarle le prescriba algún fármaco, siempre le recomiendo que haga ejercicio físico.

Y ¿por qué ese empeño mío en recomendar ejercicio?, porque no hay salud, si no hay salud mental, ambas van de la mano.

La Organización Mundial de la Salud recomienda, para mantener un estado de buena salud, practicar cada semana entre 2 horas y media a 5 de ejercicio moderado, o de una hora y cuarto a dos y media de ejercicio intenso, todo ello repartido en dos o tres sesiones a lo largo de la semana. Pues justamente ese mismo tiempo y esfuerzo es el recomendado para cuidar nuestra salud mental, según la Dra. Nazareth Castellanos en su libro Neurociencia del Cuerpo.

Pero, ¿cómo se promueve el bienestar emocional y la salud del cerebro con el ejercicio?

1º-Favoreciendo la neurogénesis, es decir la generación de nuevas neuronas, si el ejercicio se practica con asiduidad

2º-Reduciendo la ansiedad. Todos, a cualquier edad, nos sentimos relajados después de haber hecho deporte, si este ha requerido cierto esfuerzo, pero sin pasarnos claro, que entonces nos podemos lesionar. Esto es consecuencia del subidón de endorfinas que nuestro cerebro libera al finalizar la práctica deportiva. Como saben, las endorfinas son opiáceos naturales, con los que nuestro cerebro nos premia por el esfuerzo realizado, sabiendo que le favorece, que es saludable.

3 -Disminuyendo el riesgo de depresión, porque diversas investigaciones evidencian que las personas sedentarias tienen mayor riesgo de sufrirla.

¿Y qué tipo de ejercicio físico conviene hacer? Pues, cuidando la postura e incrementando el tiempo practicado y el esfuerzo paulatinamente, para evitar lesionarnos, cualquiera, el que a cada cual le resulte más ameno. Para unos será la natación, para otros correr, practicar ciclismo, o, simplemente caminar a prisa, con eso, cumpliendo con el tiempo recomendado, es suficiente.

Pero, no lo olviden amigos, cualquiera que sea nuestra edad, jóvenes o mayores, la salud mental y el ejercicio físico, han de ser amigos siempre, y según las posibilidades de cada persona no dejar de practicarlo.