Al poco tiempo de iniciarse el confinamiento surgió la polémica sobre si el Ministerio de Sanidad ocultaba las cifras reales de muertes por coronavirus, y que el número de personas fallecidas sería mucho mayor del que nos contaban.

Las discrepancias han ido a más y en los últimos días algunos gobiernos  autonómicos se han desmarcado del central para ofrecer tasas de mortalidad por Covid-19 más altas de las hasta ahora publicadas en su comunidad.

A día de hoy, viernes 17 de Abril, el Ministerio de Sanidad ha modificado el sistema de conteo y el total de casos de Covid-19 sería de 188.068 en toda España, con 19.478 personas fallecidas.

Aunque no sea el mejor momento para hacer humor negro, de sobra es sabido que resulta imposible ocultar a los muertos.

La realidad y las películas de ficción nos lo han mostrado infinidad de veces.

Hasta ahora, el Ministerio de Sanidad contabilizaba como muertes por Covid-19 solo a las personas fallecidas en los hospitales a los que se les había hecho la prueba de detección del virus (la PCR)  

El cambio en el recuento es que han empezado a contar también a los fallecidos en estos centros sanitarios que tenían síntomas de Covid-19, aunque no se les hubiera hecho la prueba. 

El recuento anterior tenía el grave fallo de que a muchos fallecidos nunca se les llegó a hacer el test diagnóstico, y por tanto no contaban como muertos por coronavirus.

El actual lo corrige, en parte, porque sigue sin tener en cuenta a las personas fallecidas en residencias de ancianos, en sus domicilios o en otras circunstancias.

Es comprensible que nuestras autoridades sanitarias se basen en datos objetivos e incontestables para dar cifras oficiales de fallecidos en España como consecuencia de la epidemia, pero no tener en cuenta lo anterior ha provocado un error de cálculo, con recuento a la baja del número real de personas fallecidas.

Lo que no solo ha ocurrido en nuestro país, también en otros como China en donde se inició la pandemia.

Y el debate sigue. Como ejemplo, en la Comunidad de Madrid el Ministerio de Sanidad ha contabilizado este viernes un total de 7.007 fallecidos, pero las autoridades autonómicas calculan que el número de muertes reales alcanzaría casi los 13.000, considerando lo anteriormente referido.

Una alternativa, que parecería la más razonable para conocer las cifras reales, sería verificar las causas de las muertes que figuran en los certificados de defunción expedidos por los médicos.

Al cumplimentarlos, cada médico ha de indicar la causa inmediata de la muerte, las causas antecedentes intermedias (enfermedad o lesión, si la hay, que haya contribuido a la inmediata) y la causa inicial o fundamental.

Todos estos datos pasan a los Registros Civiles y de ellos a la sección de estadística de defunciones según la causa de la muerte, editado por el Instituto Nacional de Estadística (INE).

Y dije que «parecería la más razonable», porque a día de hoy no lo es.

La incorporación de datos a dicha sección es lenta y difícil, por diversas razones . También porque al inicio de la epidemia algunos médicos no certificaron como causante de la muerte a Covid-19, sobre todo cuando los fallecidos eran personas ancianas o con patologías múltiples.

La principal razón para que esto sucediese fueron las restricciones en el uso de los test diagnósticos, restricciones que persisten pese a que las perspectivas están cambiando. De ello hablaremos en un próximo post.

Qué se puede hacer para conocer mejor las cifras de personas fallecidas por Covid-19 en España

A medio plazo, habrán de cotejarse el número de defunciones registradas en el INE durante los últimos cuatro o cinco años, por edades y sexo, con las sucedidas durante el tiempo que dure la actual epidemia. Esto nos permitirá conocer con bastante aproximación el número real de fallecidos en el transcurso de ella.

Sin embargo, no tendremos que esperar tanto para conocer las cifras reales de fallecidos.

A día de hoy, bastaría con cuantificar el número de ceremonias funerarias realizadas en estos últimos meses y compararlo con las celebradas en los meses previos a la epidemia.

Es fácil de hacer, ya que tres compañías, Ocaso, Santa Lucía y Mapfre, controlan el 73% del total del negocio en nuestro país. Ellos tienen mucho que decir al respecto, y lo están haciendo.

Según Juan Antonio Alguacil, presidente de la Asociación Española de Profesionales Funerarios (Aesprof), hay un 40% más de fallecidos por coronavirus que no se han contabilizado en las cifras oficiales, y asegura quedarse corto.

¡Pasemos página. A pesar del dolor que nos produce su ausencia, los muertos ya no tienen remedio!

Urge acabar con la carencia de recursos de la que adolecemos, y no solo test diagnósticos.

Hay que proteger a la población y a los profesionales sanitarios, e implementar los tratamientos más eficaces posibles, entre otros Hidroxicloroquina, Remdesivir, Corticoides, Heparinas de bajo peso molecular, o Tocilizumab, a la espera de que los ensayos clínicos en marcha evidencien cuales son las mejores opciones terapéuticas.

Ahora nos interesa prevenir la infección y tratar mejor la enfermedad en los vivos.